El tiempo vuela. Los años pasan y todo parece que fue ayer. Las cosas suceden por una razón y el cambio es un aliento de ilusión y de vida, una expectativa de seguir creciendo para llegar a algo o para no llegar a nada pero, como se suele decir, lo importante es el camino.
Los días anteriores a Navidad siempre son periodos de reflexión para mí, un balance de otro año que se consume cuando llega diciembre y nos llena de nuevos propósitos para mejorar después de haber aprendido de experiencias pasadas. En 2011 estreno, además de año, vida nueva así que aquí estoy, ansiosa ante una nueva puerta y, sobre todo, ante lo que me espera detrás.