Son dos hermanas que han querido dedicar su vida profesional a la cooperación para el desarrollo, poniendo su granito de arena con fiel convicción para que mucha gente tenga la calidad de vida que se merece.
Movidas por esta sana solidaridad que las caracteriza, han montado una empresa desde la que ambas trabajan mano a mano con las poblaciones subdesarrolladas de los "townships" (distritos segregados de Sudáfrica) en tareas de formación, construcción de escuelas, centros sociales, asesoramiento en temas de "fair trade" (lo que todos conocemos como "comercio justo")... Ellos se convierten en los principales protagonistas de su propio desarrollo puesto que lo viven en primera persona. Y lo que es más importante: son los artífices pero también los favorecidos al final del proceso porque son ELLOS los únicos que recogen los frutos de su sudor y de su esfuerzo.
Hoy me ha costado levantarme pero he abierto el correo y me he despertado con la alegría de las imágenes que Marcelle me ha enviado (he escogido algunas para mostraros).
Sus proyectos no dejan de sorprenderme y es un tema que me ha fascinado siempre. Por eso no descartaría, en un futuro, acompañarlas en su andadura solidaria.
Desde España, les envío un beso enorme y un ¡OLÉ! en letras grandes. Brindo porque sigan trabajando con tanta energía, motivación e ímpetu en una labor que, a mí personalmente, me cautiva. Como decía Gandhi: "Sé el cambio que quieres ver en el mundo".
Keep on succeeding girls! Lots of love !