El domingo por la mañana hemos ido con unos amigos al mercado. Flores, frutas, verduras, carne, pescado, huevos de granja, mantequilla y quesos de leche cruda... todo un lujo para el bolsillo pero también para el paladar.
Entre muchos otros, los frutos del bosque son una de mis predilecciones y con la mirada puesta en unos arándanos grandiosos fue imposible resistirme a hornear un bizcocho. ¿Su sabor? Aquel del bizcocho de nata que toda la vida hubo para desayunar en casa y... ¿en su interior? arándanos frescos, grandes y dulces, muy dulces y sabrosos.
Esponjoso, jugoso durante días, con un ligero sabor a limón y afrutado... lo seguimos saboreando todas las mañanas con el café. Mañana hay quien saboreará hasta la última y más pequeña miga del trozo que queda para pronto suplicarme que lo cocine de nuevo. Y lo repetiré, con mucho gusto.
g â t e a u a u x m y r t i l l e s
- 130g de mantequilla ablandada
- 1 1/2 tazas de azúcar moreno
- 2 1/4 tazas de harina sin gluten de arroz integral
- 1 1/2 tazas de arándanos frescos
- 200g de crème fraîche
- 3 huevos
- 1 1/2 cucharadita de levadura en polvo
- ralladura de limón
- azúcar glace para decorar
1. Batir la mantequilla hasta ablandar e ir incorporando los huevos uno a uno sin dejar de batir.
2. Añadir la crème fraîche y seguir mezclando.
3. Incorporar dos tazas de harina tamizada, la levadura y la ralladura de limón y seguir mezclando.
4. Con la 1/4 taza de harina restante rebozar los arándanos (previamente secados después de lavarlos). Añadir a la masa revolviendo con cuidado para que no se rompan y se les salga el jugo.
5. Engrasar un molde con mantequilla y extender la masa en él.
6. Hornear en horno precalentado a 175º durante 45-50 minutos o hasta que introduzcamos una varilla salga limpia.
7. Dejar enfriar unos diez minutos antes de desmoldar.
8. Espolvorear con azúcar glace por la superficie.