Sábado noche invernal: en mi diminuta habitación duerme el silencio, descansa el estres y reina la soledad. Al tiempo, casualmente, leo un artículo en GEO titulado: El frío de la soledad:
"Hay expresiones, como calor humano o corazón helado cuyo significado va más allá del puro concepto figurativo. Esto es, al menos, lo que defienden unos psicólogos canadienses, quienes afirman que las palabras que ligan estados de ánimo y temperatura no son solo poesía, sino que se corresponden con verdaderos estados físicos. Su estudio demuestra que cuando nos sentimos solos tendemos a consumir alimentos mucho más calientes ya que nuestra percepción térmica es menor."
Y para muestra, un botón: en mi mesita, bajo la luz tenue de una lámpara, humea una taza de leche caliente.