Lo mismo me ocurrió hace unas semanas cuando recibí un paquete con un libro de cocina. Un libro bonito, de estética cuidada, con mucho sentimiento tras sus recetas y con un objetivo muy definido: hacer disfrutar a celíacos y no celíacos del placer de cocinar platos sin gluten.
Mª Luisa (del blog Zer0gluten) es una persona encantandora con la que he podido charlar de esa vida culinaria paralela que compartimos, porque efectivamente es una forma de vida y porque libros como el suyo hacen llegar el mensaje de lo importante que es que la sociedad conozca esta intolerancia para que siga mejorando nuestra calidad de vida. En sus páginas queda sobradamente demostrado que hay miles de recetas posibles, todas conseguidas al máximo nivel de la perfección, sabrosas y sanas.
El invierno se ha instalado en Bruselas reduciendo las horas de luz y tiñendo los días de gris. A decir verdad, son de los días más inspiradores en los que abrir un libro como éste produce cierta magia en un escenario de lluvia y viento, días que despiden ciertos aromas inconfundibles de esta época como la intensidad del aceite de nuez en este pan de plátano y nueces pecanas.
Mª Luisa, gracias por la magia y por tu libro.
