Las mañanas se han teñido de un ambiente hostil... niebla, nieve, lluvia, lo que nos hace pensar que estamos mejor en casa que atrapando catarros innecesarios.
Léa crece y cambia sin parar. Es impresionante tener la oportunidad de vivir su evolución cada día, cada hora y minuto. No nos separamos nunca y eso hace que el vínculo sea tan grande que me cuesta describirlo con palabras.
Su alegría y su sonrisa, su curiosidad y su energía, su inteligencia y su capacidad para hacer de mis días un sueño hecho realidad, la convierten en un bebé muy especial. Poco a poco va forjando su personalidad y no puedo sentirme más orgullosa de ella. Comérmela a besos es mi objetivo desde que me levanto hasta que me acuesto (incluidas todas las veces que se despierta cada noche). Esta mañana me la he comido a besos acompañada de este sabroso cake.
Se trata de una estupenda receta, como todas las que hace Lena así que si queréis preparar este delicioso cake de polenta y limón, no tenéis más que pinchar aquí.