30/4/13

un clafoutis de fresas

Esta mañana he pasado por la floristería de la esquina y no he podido evitar parar a la vista de tanto tiesto de metal florido y tal escaparate al más puro estilo "campagnard". Una hilera de chicas sonrientes desfilaba con cientos de flores de todos los colores. Todo es magnífico allí, dan ganas de ponerse el delantal y trabajar como si del más bello jardín se tratase. Lástima no llevar la cámara conmigo. Las flores lo cambian todo para bien.

Con la llegada de la primavera, los mercados también se tiñen de alegría con sus nuevas frutas de estación: el rojo de las fresas y el ruibarbo está por todos lados.


Esta semana he vuelto con un "ravier de fraises" entre mis manos loca por preparar clafoutis en cocotte. Las fresas le dan un toque suave espléndido.


Lo he cargado de fresas. Tenía pensado utilizar la mitad de cantidad pero me gustan mucho y quería que el color rojo resaltase mucho sobre el fondo amarillento para festejar la tan esperada llegada de la primavera.


Soy una persona a la que le encanta lo rústico, la autenticidad y lo tradicional y el clafoutis es uno de esos postres que para mí reúne todo. Su aspecto es maravilloso y en cocotte aún más.


Lo llevé a casa de unos amigos y fue el estupendo broche final para una maravillosa paella dominical que organizamos a veces cuando añoramos España.

c l a f o u t i s   d e   f r e s a s   e n   c o c o t t e

- 250g de harina de arroz
- 25g de almidón de maíz
- 150g de azúcar
- 6 huevos
- 500ml de leche
- 500g de fresas
- 2 cucharaditas de vainilla en polvo

1. Precalentar el horno a 180ºC y engrasar un molde para horno o una cocotte. 
2. Rebozar bien las fresas en 25g de almidón de maíz y las cucharaditas de vainilla en polvo. Reservar.
3. Mezclar los huevos, la leche y el azúcar y por último la harina. No batir demasiado, solo hasta que la mezcla no tenga ningún grumo.
4. Poner las fresas rebozadas en harina y vainilla en el fondo de la cocotte o el molde y verter la mezcla líquida por encima. Las fresas subirán a la superficie.
5. Cocer en horno precalentado durante 50 minutos o hasta que se haya cuajado y metamos un cuchillo y salga limpio.
6. Dejar enfriar y servir o conservar en la nevera preferiblemente.

21/4/13

duendes y migas

Esta semana por fin han brotado las hojas en los árboles de nuestra calle. Resulta maravilloso ser partícipe del proceso que se desarrolla ahí fuera, a un metro escaso de nuestro ventanal.


Las calles aledañas nos regalan hileras de prunus, cerezo japonés y magnolias. Son dignas de pasear un día de domingo como hoy. Renuevan espíritu y mente.

También es la época de los tulipanes en Holanda y, un año más, como ya es tradición desde que vivimos en Bélgica, nos acercaremos a disfrutar del paisaje espectacular de los campos de colores.



En la cocina estos días he querido volver a tener el gusto de un bizcocho de limón en el paladar. Ha sido el clásico de la repostería de mi madre desde que tengo uso de razón. No le he robado la receta porque aquí no tengo la suerte de disponer de nata recién bajada del pueblo de mi abuela paterna. Los cambios no alteran significativamente el sabor pero sí ligeramente la textura. No obstante ha sido una sensación muy agradable.


No sé hasta qué punto esta receta puede competir un clásico tan clásico de toda una vida pero al menos ha rozado lo nostálgico, que es lo que estaba buscando realmente.


Un bizcocho siempre acompaña la alegría de preparar un viaje y la doble alegría de poder retratar nuevas imágenes. A veces ocurren cosas que nos disgustan pero todo parece magia cuando un par de horas después la pena ya no es pena sino alegría y emoción. Sin embargo ni es magia, ni ha caído del cielo... será cosa de "duendes". Los "duendes" también se comen el pastel, solo dejan pequeñas migas.


b i z c o c h o   d e   l i m ó n

-150g de harina de arroz
- 150g de harina de mijo
- 75g de almidón de maíz
- 75g de almidón de tapioca
- 450g de azúcar
- 1 cucharada de bicarbonato sódico
- 250g de mantequilla
- 250ml de buttermilk
- 4 huevos
- ralladura de tres limones
- azúcar glas para decorar

1. Precalentar el horno a 180ºC. Engrasar un molde grande.
2. Mezclar las harinas y el bicarbonato en un bol.
3. Batir la mantequilla, el azúcar y la ralladura de limón unos cinco minutos y después ir añadiendo los huevos uno a uno y mezclando bien en un batidor eléctrico.
4. Por último ir incorporando las harinas y la buttermilk intercaladas: la harina en tres veces y la buttermilk en dos dejando que sea la harina la que finalice.
5. Verter la mezcla en el molde.
6. Cocer el bizcocho durante 60 minutos aproximadamente a 180ºC.
7. Sacar y dejar enfriar al menos 10 minutos antes de desmoldar.

17/4/13

Singulares {petits pots de crema de vainilla}

Por fin llegó la tan esperada primavera este año y a mí me gustaría recibirla con flores y colores suaves así es que os animo a seguir este link y disfrutar con la receta: Petits pots de crema de vainilla para Singulares Mag.


13/4/13

de vuelta a las buenas costumbres {y unos crêpes de chocolate}

Parece que hace siglos que no entro en la cocina y en realidad han pasado apenas dos semanas. Hemos vuelto a Asturias buscando un poco de primavera y árboles floridos, lo que para nosotros se traduce en sol y verde. Sin embargo, solo hicimos que saltar de nubarrón en nubarrón y en todos lados nos mojamos.


Últimamente he estado un poco perdida, reconozco que me empieza a pasar como a los bebés: salir de la rutina me desconcierta. Evidentemente, a Léa le pasa lo mismo por eso cuando volvemos, tenemos que empezar de cero otra vez con todo y me refiero más que nada a lo más importante: los trastornos del sueño y de las comidas. Aunque parezca mentira, llevamos una semana en la que solo me he preocupado de su readaptación y hasta se me ha olvidado una de mis principales ocupaciones semanales que consiste en tener algo previsto para el desayuno (el verdadero "must" de nuestra casa). Por eso, para reconciliarme de nuevo con las buenas costumbres, hoy por la mañana me he levantado totalmente dispuesta a hacer crêpes de chocolate.

No son demasiado dulces porque me gusta notar el sabor amargo del buen cacao. Los crêpes me gustan finos, muy finos, tanto como el papel. Y en cuanto al relleno, hay decenas de posibilidades pero hoy he pensado en mascarpone y fresas.

  

Además de perdida también estoy nerviosa. En menos de un mes Léa cumplirá un año. Aún me parece mentira que el tiempo haya pasado tan rápido y a la vez todo haya sido tan intenso desde aquel 9 de mayo del año pasado. Ahora estoy inmersa en un millón de ideas para su fiesta de cumpleaños que, por supuesto, celebraremos por todo lo alto.

La adoro.


c r ê p e s   d e   c h o c o l a t e

- 150g de harina de arroz sin gluten
- 30g de cacao puro
- 3 cucharadas de azúcar de caña
- 125ml de agua
- 125ml de leche
- 3 huevos de tamaño medio
- mantequilla para untar la sartén

1. En un bol, se vierte el agua, la leche y el azúcar.
2. Seguidamente, se añade la harina y el cacao tamizados y se remueve bien para evitar grumos.
3. Por último se añaden los huevos uno a uno bien incorporados a la masa.
4. Tapar con un film de plástico y meter en el frigorífico. Deben reposar al menos una hora (yo los suelo hacer la noche anterior y reposa hasta por la mañana).
5. Sacar de la nevera media hora antes de su utilización. En una sartén a fuego medio, untar una nuez de mantequilla y dejar que coja calor. Ir vertiendo la masa en la sartén volteándola con la mano hasta que se reparta bien desde el centro hacia los lados en una capa fina. Pasado un minuto o cuando empiecen a formarse agujeritos en la superficie, dar la vuelta con una paleta fina ayudándose también de los dedos. Cocer por el otro lado.
6. Servir con mascarpone y fresas en mermelada.