Ha nevado mucho, sobre todo en las cumbres, por eso en los días soleados merece la pena disfrutar paseando cerca de las nubes y sobre un manto blanco. La altitud y el frío despejan la mente y purifican los pulmones; y los paisajes nevados son la estampa más bonita que ofrecen estas fechas. Me he acostumbrado tanto a la Navidad con nieve que, sin ella, no sería Navidad.
Las tardes de invierno invitan a merendar y parece que poner las manos al calor de una taza siempre es un placer muy bienvenido cuando se vuelve de la calle y también cuando se sacan los brazos de debajo de la manta del sofá. Esta semana, en casa, los protagonistas que caen dentro del vasito de leche caliente, son los doughnuts.
Como seguidora de Lara Ferroni, no podía hacer mi primera receta de doughnuts sin contar con sus indicaciones así que, de su amplia variedad, decidí probar los "Raised Doughnuts" adaptándolo, claro está a mi versión "sin gluten". El proceso necesita mucha atención a los tiempos y a la temperatura de la masa pero el resultado me ha impresionado tanto que después me divertí imaginando muchas variedades de glaseado y decorado para ésta y próximas veces. Además, como veréis, las bolitas que sacamos del medio de los doughnuts, se convierten en deliciosos bollitos para comer una menor cantidad cuando no se tiene tanta hambre.
w i n t e r d o u g h n u t s
- 1 cucharada de levadura seca o también pueden utilizarse unos 15 g de levadura fresca
- 1 taza de leche entera tibia
- 400-450 g de harina sin gluten (yo he puesto mitad de Mix Dolci y mitad de Mix Pan)
- 30 g de azúcar
- 1/2 cucharadita de sal
- 3 yemas de huevo
- 1/4 taza de mantequilla
- aceite vegetal para freir
1. En un bol se disuelve la levadura en 3/4 de taza de leche. Se añade también 3/4 taza de harina y se mezcla bien hasta obtener una pasta. Se cubre y se deja en un lugar templado durante 30 minutos.
2. Se combina la leche que queda de la taza y el resto de la taza de harina con la ayuda de un mezclador. A ello se le van añadiendo lentamente las yemas de huevo, el resto de harina que queda, el azúcar y la sal. Se mezcla durante 1 minuto y se añade la mantequilla (a temperatura ambiente). Se mezcla durante otro minuto.
3. Una vez que la primera pasta ha hecho esponja, se une a la mezcla anterior y se bate bien con el mezclador a velocidad media hasta que no quede pegajoso (si se pega mucho a las manos, añadir un poco más de harina).
4. Cubrir con un plástico y dejar otros 30 minutos que repose la masa y crezca un poco.
5. A continuación refrigerar al menos una hora o como máximo doce.
6. Extender la masa sobre una superficie enharinada con un rodillo. Ayudándonos de cortapastas del tamaño deseado, se van cortando círculos y poniendo sobre una bandeja. Por último cortamos el círculo más pequeño en el interior y hacemos bolitas para aprovechar la masa.
7. Dejar reposar durante 40 minutos todo en la bandeja y en un lugar templado, nunca cerca de corrientes de aire.
8. Freir de 1 a 2 minutos por cada lado y dejar enfriar antes de glasear.
9. El glaseado puede ser: el clásico (a base de azúcar glace y agua) o un ganaché de chocolate que decoraremos con almendras laminadas, nueces muy picadas o chocolate rallado.