7/10/10

"Viajando" a Liguria: Focaccia aux herbes de Provence et à l´huile de truffe

Me gusta viajar y, cuando no puedo, me sirve la imaginación. En realidad se ha convertido en una "obsesión" y digo obsesión porque, sin ser algo enfermizo, no quiero dejar de conocer muchos más lugares y volver a muchos otros. Algunos lo llamarían impaciencia.

Es infinitamente mejor vivir la realidad de viajar que hacerlo a través de la mente desde casa, salvo una diferencia: si hago un viaje, me encanta tener la oportunidad de probar las especialidades gastronómicas aunque no siempre sea posible cuando hay una intolerancia de por medio. En cambio, si hago uso de la imaginación, visito el lugar que me apetece y, en un abrir y cerrar de ojos, tengo en mi propia mesa un plato que probablemente habría sido difícil de encontrar, me refiero claro está, adaptado a mis necesidades.

En estos días he vuelto a "viajar" a Italia, concretamente a la región de Liguria, porque tenía una nueva"obsesión": la focaccia, esa especie de pan chato enriquecido con hierbas aromáticas.

En el armario de mi cocina siempre hay hueco para las hierbas de Provenza (mezcla de romero, tomillo, mejorana, orégano y ajedrea) y, buscando entre los aceites, encontré uno de trufa que compré este verano en el Périgord Noir.

Me pareció la combinación perfecta para aromatizar la focaccia y, a su  vez, también toda la casa gracias a las esencias que desprendía el horno.

f o c a c c i a   a u x   h e r b e s   d e   P r o v e n c e   e t   à   l´ h u i l e   d e   t r u f f e

- 300g de harina (yo he puesto harina Schär para pan)
- 10g de levadura fresca
- 2 cucharaditas de aceite de trufa (y reservar otras dos para pintar la masa)
- 250 ml de agua
- 1 cucharada de sal gorda
- 3 cucharadas de hierbas de Provenza

1. Mezclar la harina, la levadura y dos cucharadas de hierbas de Provenza en un bol.
2. Añadir el agua tibia y dos cucharaditas del aceite de trufa (las otras dos las reservamos).
3. Trabajar la masa. En este caso, no hace falta meterle demasiado aire porque no interesa que crezca como otros tipos de pan.
4. Estirar la masa y darle forma redonda, bien con la mano o ajustarla a los bordes de un molde redondo para que sea más fácil darle forma. Tiene que quedar un poco debajo de los dos centímetros.
5. Dejar reposar 30-45 minutos y precalentar el horno.
6. Una vez pasado ese tiempo, pintar la superficie de la masa con las dos cucharaditas de aceite de trufa que habíamos reservado. Añadir la sal gorda y la cucharada restante de hierbas de Provenza repartiendo bien por toda la superficie.
7. Hornear a 200ºC durante media hora hasta que adquiere un tono dorado.

He tenido la suerte de hornear las focaccias justo antes de la hora de comer así que ha sido una auténtica delicia poder acompañar la comida con ellas. Y como el otoño ya asoma, nada mejor que hacerlo con una cremita de calabaza e hinojo.