Desde que era una niña he visto cómo mi abuela era una persona agradecida. Lo era de muchas maneras, todas ellas sinceras y, en la gran mayoría de ocasiones, "dulces". Ya fuera al médico, al señor del banco, a una amiga, a quien iba a visitar... siempre llevaba un dulce, pues era simplemente su forma de agradecer lo bien que se habían portado con ella.
Todos estos años, he crecido viendo a mi madre hacer lo mismo y me alegra que las buenas costumbres no se pierdan. Me parece un gesto de mucha ternura que consciente o inconscientemente también he heredado.
Cocinar para alguien es una satisfacción enorme para mí y esta semana me ha hecho mucha ilusión hacerlo para alguien que me ha animado mucho a seguir adelante con la parte "dulce" de mi blog. Por eso, he decidido dar vida a un "Dear Breakfast" especial, con diseño de paquete incluido.
Diseñar un empaquetado a medida para la persona a la que regalas creo que también es muy importante. Forma parte del regalo y una presentación bonita multiplica las ganas por averiguar lo que hay dentro.
Son unas pastas de almendra y naranja que se me han ocurrido tras mi viaje a Turquía. Allí utilizan los frutos secos para muchos de sus postres, influencia de la famosa y tradicional pastelería árabe.
La base para hacerlas es huevo, mantequilla, azúcar, almendra molida y piel de naranja. Es importante no olvidar ponerle mucho cariño. El resultado tiende a ser mucho mejor.
El resto: los colores, los detalles, los sabores y su aspecto general están pensados para la persona a la que regalo, que espero lo haya disfrutado.