Casi todos los días las nubes se olvidan de borrar el azul del cielo de Madrid y el sol no es más que el alentador efecto de un invierno sin fin.
Nos dedicamos a un fin de semana "impresionista" y dejarse impresionar fue bastante fácil para personas como nosotras, que disfrutamos con el solo hecho de observar.
¿Qué puede haber tras las burbujas de una copa de cava más que unas risas contagiosas que brindan por un momento cualquiera?, ¿y qué hay detrás de una tetería inglesa en medio de Madrid más que una agradable conversación entre tazas románticas, tartas tentadoras y estantes repletos de mermeladas?, ¿y tras nuestras miradas atentas a "El Columpio" de Renoir?
Al pie de Debod nos duerme el cielo azul de Madrid, un domingo con resaca de risas y el sonido de una guitarra a la que acompaña la voz de "Guantanamera". Hay momentos en la vida en los que es fácil dejarse conmover para que lo aparentemente desapercibido se convierta en un auténtico placer.