Hay caminos que se cruzan y ramas que se afianzan. Me gusta mirar hacia el árbol que coquetea todas las mañanas frente al cristal de nuestra terraza, esa que aún no hemos reconvertido.
Creo que he entrado y pisado con buen pie e intuyo que estoy rodeándome de gente que merece la pena. Cuando se está lejos de la familia y de los amigos de toda la vida, siempre existen esas otras personas que pueden mitigar su ausencia. No me siento sola, comienzo a conocer gente y, como la inauguración de nuestra casa se hace esperar un poco más, este fin de semana nos hemos juntado en la de otros amigos.
Cuando me invitan, nunca puedo ir con las manos vacías por dos razones: una, mi debilidad por hacer postres y encontrar en las invitaciones una buena excusa para sumergirme en los libros de cocina en busca de una buena receta; y dos, porque si no lo llevo "sin gluten", me quedo sin postre. Hay que pensar que las personas que no están acostumbradas a este tipo de dieta, no tienen por qué saber dónde comprar los productos y tampoco cómo cocinar con ellos (no es tan obvio como parece). Sin embargo, es maravilloso que estén dispuestos a aprender, la sorpresa para los que la recibimos es muy grata.
En esta ocasión no tenía tan claro lo que quería cocinar pero, de pronto, mirar al cielo me recordó las tartas de moca que hacía mi abuela. Y de pronto, dibujé mi idea, la busqué et... voilà.
m o c h a c a k e
- 225 g de mantequilla
- 225 g de azúcar
- 225 g de harina de repostería (he utilizado Mix Dolci)
- 4 huevos
- 1 cucharada de café disuelta en 2 cucharadas de agua
- 100 g de chocolate puro troceado
- 50 ml de café o de licor de café (si se prefiere)
Para el relleno:
- 200 ml de nata espesa montada
- 1 vaina de vainilla
- 1 cucharada de café disuelto en 1 cucharada de agua
- 100 g de azúcar glace
Para el ganaché:
- 200 g de azúcar glace
- 50 ml de café o licor de café
Para decorar:
- 50 g de chocolate para rallar en virutas
- 100 g de nueces de pecana
1. Precalentar el horno a 180º y engrasar el molde que se va a utilizar. Trocear el chocolate.
2. Batir en un cuenco la mantequilla y el azúcar hasta que quede una crema fina.
3. Ir agregando los huevos de uno en uno mientras se sigue batiendo. Añadir la cucharada de café disuelta en agua.
4. Tamizar la harina e ir incorporando poco a poco. Por último, los trocitos de chocolate.
5. Distribuir la mezcla en el molde y meter al horno durante 30 minutos a 180º.
6. Mientras se cuece el bizcocho, preparar la crema del relleno batiendo la nata, agregándole el café, los granos de vainilla y el azúcar. Mezclar bien, montar y reservar en el frigorífico.
7. Una vez sacado del horno y pasados 10 minutos, desmoldar el bizcocho y cortar por la mitad.
8. Con una cuchara, ir bañando el bizcocho con los 50 ml de café o de licor de café.
9. Repartir la crema del relleno por una de las capas del bizcocho y tapar con la otra capa.
10. A continuación se prepara el ganaché de café mezclando el azúcar glace con los 50 ml de café o licor de café. Se baña toda la superficie.
11. Por último, se colocan las nueces de pecana rodeando un círculo central que se reservará para decorar con 50 g de chocolate rallados.
Disculpad por no presentaros un corte de la tarta pero me olvidé de llevar la cámara a la comida. Aún así, os aseguro que el corte era precioso.