6/7/09

Toujours Provence

Caer rendida a los pies de un lugar es fácil cuando se trata de Provenza. ¿Por qué? Porque tanto cuando la amo desde la distancia como cuando la amo desde sus adentros siento esas magníficas mariposas en el estómago.

Lo especial de las cosas reside en el interior de cada uno. Para mí lo es el poder mezclarme con los trazos de una acuarela impresionista de Provenza: abrir una de las contraventanas coloristas de sus casas y desde allí asomarme a una llanura inmensa plagada de cipreses y olivos donde el aire huele a lavanda y sabe a melón de Cavaillon; sentarme a escuchar a las cigarras cantar y recibir el "bonjour" que despierta las mañanas; desayunar plácidamente en el patio y pasear sosegadamente por algunos de los mercados más fantásticos que puedo imaginar. La felicidad puede ser algo tan sencillo como eso.


La vida está llena de esas pequeñas cosas, solo hay que saber disfrutarlas cuando uno mismo siente que llega el momento. El mío no está muy lejos.

5 comentarios:

Don Quijote dijo...

No hace mucho tiempo descubrí este blog, y me sorprendió.

Hoy he leido esta incondicional declaración de amor a Provenza y me cautivó.

Ahora puedo decir que la sensibilidad de mi Dulcinea me enamoró.

Don Quijote

365 sonrisas dijo...

Te recomiendo Provenza. Te enamorarás!

Don Quijote dijo...

Estoy seguro que me enamoraría de Provenza, si con sólo leer tus palabras ya me ha encandilado...

Ahora bien, preferiría ir acompañado que no sólo, todo cuando se comparte es más bonito.

Don Quijote

365 sonrisas dijo...

Sí y no. Depende del lugar y del momento.

Don Quijote dijo...

Tienes toda la razón. Hay momentos que quedan para cada uno, además un mismo hecho dos personas lo viven de manera completamente distinta, aunque sea el mismo hecho, y más las personas como yo que somos tan idealistas......

Don Quijote