Me ha hecho falta conocer Soria para recordar aquellos poemas de Machado que aprendía en el colegio y me ha hecho falta volver a leerlos para comprobar que Soria es tal y como Machado la describe.
Es verano y la temperatura no paraliza los músculos ni quebranta los huesos sino que seca el día y airea la noche. Son los confines de Castilla, la aridez desea transformarse en verde y el Duero se lo concede. No hay más que ver sus riberas, cruzar sus puentes y sortear sus piedras para comprobar que es un río bello por naturaleza y por eso a él se arriman maravillosas muestras del románico castellano que, con espadaña o sin ella; sobre una roca o desde una gruta; entre pinos o rodeadas piedra y pizarra, son joyas medievales sin parangón. El secreto de la naturaleza soriana se desvela a las faldas del Urbión, subiendo a la Laguna Negra, o en los bosques que discurren a través del cañón del río Lobos; y el secreto de su gastronomía masticando unos boletus con berenjenas.
En Soria, como en cualquier otro lugar, el pasado es presente y el futuro lo hay que descubrir:
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar” A. Machado
5/8/09
31/7/09
El maíz, mi vida y la de todos los celíacos
Él término maíz es de origen indio caribeño y significa “lo que sustenta la vida”.
15/7/09
De la noche al día
Sospecho que la luna se equivoca
y el sol acierta;
la noche es idealista
y la mañana realista;
la oscuridad confunde
y la luz descubre.
y el sol acierta;
la noche es idealista
y la mañana realista;
la oscuridad confunde
y la luz descubre.
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