Puede que ella sea diferente, que no sea estéticamente fotografiable, que todos los que vamos tengamos prejuicios (fundados e infundados). Puede que su historia sea demasiado reciente y su carácter cruel pero, solo estando allí, cada uno saca sus propias conclusiones. Como dice Momo Kapor en su libro, "Belgrado es Belgrado".
Al final algo te atrapa, sí. Puede ser el interés que despierta cuando la caminas y no la comprendes porque el cirílico se te atraganta o porque detrás de algunos rostros encuentras desconfianza y misterio. Puede ser que su arquitectura sea absurdamente caótica pero con carácter o que la entrada por el norte del país signifique rodar hacia un horizonte de edificios embrollados de encanto casual y saludo oscuro y gris.
Sin embargo, poner un pie en la peatonal Knez Mihailova supone abrirse paso a la modernidad más absoluta y al ambiente de la sociedad serbia que se deja mecer por la música tradicional.
Al final de la calle, el foco que capta todas las miradas al Danubio es la Ciudadela de Kalemegdan. Sentarse a leer a la sombra de un arbol con vistas al río es como haber conseguido el mejor reservado de la ciudad para disfrutar de una tarde calurosa de verano.
El Danubio es un río que hace a Belgrado especial, como casi todas las ciudades por las que pasan ríos. La hace tener otro aliciente y es el lugar perfecto para que sus habitantes encuentren su refugio estival.
Unos se construyen tranquilas casitas a lo largo de una de las orillas, disfrutan del sol, del verano y de parrillas entre amigos.
Otros prefieren acercarse a la orilla para aposentar su caña, su cubo y demás enseres y esperar a que algo pique antes de que se ponga el sol.
Puede que después de todo ésto, me crea entonces que hay magia. Sale de algún lado.
Y como todas mis crónicas, ésta termina con otro café de tarde y un pastel de arroz e higos. Las meriendas es de las buenas costumbres que no deberían perderse, sobre todo cuando se hace con buenos recuerdos, pasados o recientes.
29 comentarios:
Hola mi preciosa!!!, tienes un don para escribir y describir!!!
me encanta todo lo que dices y las fotos que lo acompañan!
yo conoci Belgrado, pero hace muuucho, cuando aún era Yugoslavia, imagina!!!..habra cambiado tanto!!
me diste ganas de ir!!
tuviste un buen verano, verdad?????
besitos Marta!
Gracias por compartir estos recuerdos de tu viaje en imágenes y en palabras.
Besos.
muy bonita tu entrada, las fotos y muy rico este pastelito. Bss
Hola, querida Marta! Veo que has estado disfrutando de los Balcanes ;-) No conozco Belgrado, así que gracias por mostrárnoslo desde tu perspectiva, siempre tan interesante.
Lindas fotos y maravilloso el bizcocho de higos, qué ganas de comerme un trocito!
Un besote.
Preciosas fotos Marta!, son una delicia.
besitos
Aixx que gusto volver a visitarte y quedarme embobada con tus fotos! me reincorporo justo hoy y esta entrada me deja sin palabras!! deliciosa!
Un bso enorme
Leerte es un placer, me ha gustado conocer con otros ojos Belgrado, sin duda en tus fotos se aprecia tanta calidez. El pastel debe de ser tan rico.
Un besote fuerte.
Disfruto viajando a través de tus fotografías tan fantásticas!!! que maravilla Belgrado!!
Tu blog es maravilloso, te felicito y me alegro mucho de haberte encontrado y poder disfrutar de tus deliciosas entradas. Con esta de hoy me has transmitido mucha paz y belleza, en las fotos y el modo de escribir. Gracias.
Marta se desliza el tiempo en tus palabras, siempre te lo digo y lo agradezco es un disfrute enorme :D
Mil besotes!
p.d. ese diente de león...es impagable :D
Me encanta como relatas tus viajes y fotos ,tienes un don
besinos
Esta es la primera vez que te dejo un comentario pero siempre me paso por tu blog porque me encanta. Disfruto con cada fotografía. Me transmiten tranquilidad y belleza y eso, en el día a día que solemos llevar (bastante estresante) se agradece muchísimo.
Felicidades por el blog.
Sonia
¡hermosas fotografías! muchas gracias por compartirlas y así dejarme viajar con vos :)
Es un placer viajar contigo a través de tus fotos, muy bonitas! Bss
Marta todos los comentarios que te han puesto reflejan lo que yo te queria decir, asi que resumo tu entrada en una palabra..Deliciosa
besitos
querida Marta, tus fotos y tus textos son apasionantes, gracias por este paseo maravilloso, tus dudas y sentimientos me identifican, besitos
Leerte es una delicia y tus fotos un deleite para la vista, si además nos ofreces este delicado pastel para merendar, es todo perfecto.
Gracias, un beso.
Siempre preciosos tus post, palabras e imágenes. Te felicito por ese toque especial que tienes para la fotografía, una delicia.
Un abrazo
Cecilia
Hola Marta,
Me haces viajar con tus crónicas, las fotografías son preciosas, me ha cautivado especialmente, la del diente de león.
Un abrazo.
Un encaje perfecto entre lo que escribes y tus fotografías.
Un besito Marta!
qué te voy a decir de la receta!!! pero lo que´si te diré es que me uero por un viaje balcánico!!!!
Hola Marta!!! Cada día leo tu blog desde Gijón y cada día me gusta más!!! graciassss
Tus palabras hacen increíblemente bello cada lugar que describes. Me encanta tu forma de observar y de contarnos lo que has observado.
Un beso
He leído todo lo que me habia perdido, tus visitas y tu viaje. La espalda de tu abuela es identica a la espalda de la abuela de mi novio, ella tb española.
Ellos trajeron sus costumbres de arboles y de huerta hasta acá y me la contagiaron a mí, la nieta postiza.
Como se puede ser tan igual desde tan lejos...
saludos
Carola
Acabo de regresar de mis vacaciones y me parece que sigo viajando a través de tus fotografías, todas fantásticas !!!! leerte es un lujo, como siempre , muchos besos
no conozco Belgrado y, si quieres que te diga la verdad, hasta que he visto tus fotos y tus comentarios, nunca había sentido ninguna curiosidad... pero ahora...
Gracias, Marta, por hacerme viajar esta tarde de domingo.
como me gusta leerte!!!un placer!
Viajar me encanta, aunque de momento no lo hago.
Y los higos me chiflan, así que de momento me quedo con tu tarta que además de ser sin gluten tiene que estar de magia total.
Besitos.
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